De desigualdad y ética se habla poco.
El Cardenal Pietro Parolin, muy citado como “papable” destacó el “esfuerzo en la lucha contra las desigualdades y el comportamiento ético dentro del sistema económico y financiero mundial”, al referirse a las conclusiones de un seminario que hizo el Foro Ecuménico Social en el Vaticano sobre los desafíos que plantean las nuevas tecnologías.
Esos son dos puntos claves para analizar el fenómeno de la Inteligencia Artificial. La IA está aumentando las desigualdades entre los que pueden usarla y los que no tienen a su alcance los beneficios de la cuarta revolución industrial. Por otro lado, plantea dilemas éticos en la economía, en cuanto a cómo se utilizan esos avances.
Sobre desigualdad y sobre ética pocos son los que hablan.
En una carta dirigida al Foro (foto) el Cardenal Parolin se refirió a estos temas que fueron tratados por catedráticos y dirigentes de universidades de varios países, a quienes recibió el Papa Francisco.
Se señaló que “nos enfrentamos en este tiempo a uno de los cambios más grandes de la historia de la Humanidad: la globalización en un mundo digital”, y que “la 4ª Revolución Industrial está aportando nuevas tecnologías que pueden ayudarnos en el proceso productivo y que, por ahora, no conocen límites y se implantan con celeridad sin tener en cuenta la eventual pérdida de puestos de trabajo”.
Se propuso que la educación sea uno de los principales objetivos estratégicos en un mundo digital. “Las universidades están llamadas a ser laboratorios de diálogo y de encuentro al servicio de la verdad, de la justicia y de la defensa de la dignidad humana”, acotaron.
El seminario lo organizó en 2018 ese Foro con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, en un salón de ese organismo en Piazza di San Calisto. En el encuentro, que impulsó el economista Stefano Zamagni (profesor de la Universidad de Bolonia, asesor de los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vatiano), participó otro “papable”, el Cardenal Peter Turkson, entonces Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Intervinieron directivos de empresas y académicos de Argentina, Chile, Méjico, Italia y España. Zamagni expuso.
Las conclusiones fueron enviadas al Papa Francisco y luego algunos participantes asistieron a una audiencia privada en la que pudieron saludar al Papa Francisco.
Participaron profesores de la Università di Roma Tor Vergata, Università Cattolica del Sacro Cuore, Universidad Pontifica de Salamanca, Universidad Nacional de La Plata, Fundación Centesimus Annus, directivos de empresas (BBVA, Electmetal, Pan American Energy, Mapfre, Microsoft, Bolland, Banco de la Nación Argentina), y empresarios, entre ellos Luis Bameule, y funcionarios del gobierno argentino, entre ellos el embajador argentino en la Santa Sede, Rogelio Pfirter.